AL AMANECER DE UN NUEVO DÍA…
La noche llegó con una tempestad no esperada, a pesar de los presagios que auguraban la carga de las nubes que surcaban el cielo desde hace días; pero justo esta noche cuando el pueblo conmemoraba el día de la Patrona, todo se desencadenó.
Como una señal de castigo, cada gota marcaba la tierra con fuerza y a medida que arreciaba la tormenta, los charcos comenzaron a formar pequeños riachuelos que al unirse acrecentaban el caudal que amenazaba con inundar todo a su paso.
De inmediato se accionaron las alarmas; la crecida repentina y violenta del nivel de las aguas provocó destrozos a lo largo del poblado, a pesar de que todos desde dentro o fuera de sus viviendas, hicieron lo posible por tratar de que no hubiera pérdidas que lamentar.
Pasaban las horas y la lluvia no paraba, las cuadrillas conformadas recorrían las calles rescatando cuanto podían.
Algunas casas cuyas bases fueron socavadas cedieron a la fuerza del agua que arrastraba todo a su paso, perdiéndose sólo lo material.
Mujeres y niños rescatados, fueron llevados a terrenos elevados a fin de evitar fueran arrastrados por la furia del agua. Y reunidos incluso los adultos mayores que poco podían ayudar, comenzaron a orar pidiendo al Todopoderoso y a la Virgen posara sus manos sobre el pueblo y calmase la furia que se había desatado.
Con el paso de las horas amainó la tormenta, amaneció y todos los presentes agradecieron a Dios y a la Virgen porque a pesar de la tragedia ocurrida, no se había perdido ninguna vida.
Con las mismas cuadrillas ya conformadas y con la ayuda de las mujeres, se inició la limpieza de casas y calles.
De a poco brilló la luz del Sol con una calidez impresionante, que hizo que todos los presentes mirando al cielo, entonaran una de las canciones que en la Iglesia habían ensayado para conmemorar el día de la Patrona, el día de “La Virgen de las Luces”.
Todo tiene un comienzo y un final, o un principio y un fin y este final fue hermoso porque unió en la desgracia a un pueblo que volvió a creer, escuchándose a varias cuadras el canto agradecido.
La fe de un pueblo es grande; y a medida que entonaban los cantos el regocijo se fue contagiando al corazón de cada habitante; la alegría ocupó el lugar de la tristeza y el júbilo fue general.
*/*/*/*
Etiquetas:
Que hermoso relato lleno de fe y con final feliz. Le deseo suerte al concursante n#13.
Lindo poema, le deseo mucha suerte al concursante N.13.
Un cordial saludo. Este es un buen trabajo literario, le deseo mucha suerte.
MENSAJE DE LA ADMINISTRACIÓN
Para todos los miembros, digamos
NO Al Plagio
Administración de UP.
******************
"Universopoetico".
Espacio abierto el
" 25 de Mayo del 2009"
Febrero 2014
"UniversoPoetico.
REGISTRADA Y PROTEGIDA
*BAJO UNA LICENCIA DE CREATIVE COMMONS
Creadora
Directora
Iris Girón
ViceDirectora
Administradores:
© 2022 Creado por Jesús Quintana Aguilarte.
Tecnología de