DELIRIO DE BONDAD
Desperté. La mezquindad está ahí, agazapada en rincones ocultos,
en el recodo de los vientos borrascosos.
Se diluye entre los momentos de gloria,
entre laureles que deslumbran.
Corroe la delicada médula de la santidad.
Y en noches de desvelos aparece el carcomido fantasma de la maldad, muestra sus ojos de fuego.
Siempre en guerra.
Siempre desdoblándose por aniquilar la bondad…