MADRE.
Madre, cintillo de amor acendrado,
mil palomas de cariño vuelan de tus manos.
Tu sol fugó de la casa infantil,
pero tú recuerdo queda grabado
eternamente en las paredes de mi alma.
Cuánto extraño tu acento materno en mis largas avenidas,
cuánto daría por robarle al cielo tus pequeños trazos.
Te fuiste un aciago agosto entre campanillas
de risas y sabores amargos,
tu tez y tú vigor palide…