CONSTRUYENDO SUEÑOS

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

CONSTRUYENDO SUEÑOS
Repasando amores me doy de cara contigo,
con tus dedos finos, suaves y sentidos,
con tus ojos tristes que no han vivido un sueño.
Repaso tus deseos siempre inútiles,
siempre frustrados.
Y duelen,
Duelen mucho.
Repasando aquella vida intensa,
siempre en vértigo,
siempre corriendo tras ideales inalcanzables.
Frustrados deseos de elevar catedrales
sobre las nubes más altas,
sobre ríos de cristales verdes.
Aquella vida fruncida al amor,
estrujada de pesares,
lastimada bien adentro.
Y yo ahí,
Buscando empalidecer el rojo de tu desesperación,
limpiar la sangre de tus ojos tristes
con el perfume de mi pecho.
Me fue imposible.
Ahora, en la distancia ruego a la vida
que te de vida,
y logres el castillo soñado,
aquel que querías construir para mí.

Carmen Amaralis Vega Olivencia

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Mi muy estimado amigo Críspulo, muchas gracias por ser luz en mis mañanas, bendiciones luminosas, Amaralis

[Críspulo Rufino Cortés Cortés]

HERMOSO VERSAR ESTIMADA CARMEN

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Manuel Antonio, muchísimas gracias por tu grata compañía en mis versos, bendiciones luminosas, Amaralis

[MANUEL ANTONIO IBARRA ACOSTA]

Muy hermoso construir sueños mi apreciada poetisa Carmen Amarilis. Felicito la inspiración de tu musa y como siempre, afectos y saludos desde la distancia.

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Madusa, amiga querida, gracias por tus sabias palabras, bendiciones, Amaralis

[Madusa]

A veces mi querida Amaralis hace falta aterrizar y no andar por las ramas deseando alcanzar lo que de verdad solo anida en nuestra mente.  Siguiéndote de cerca.  Madusa

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Bethzaida, sabia amiga, así es, tienes un excelente ojo lector, bendiciones, gracias por tu valioso DESTACADO, Amaralis

[Bethzaida Montilla]

Muy sentidas tus letras, a veces recordando amores, deseamos que ese que dejamos pasar, haya en alguna parte, encontrado la felicidad que le negamos.  Por que de eso se trata el amor, de dejar ir lo que amamos, para no hacerle daño, aunque el alma quede partida en dos mitades.