SIN RUMBO DEFINIDO
Las observo en caravana sin rumbo definido. Desde mi cómodo asiento, donde estoy leyendo los diarios, me parecen encantadoras. Algunas llevan cargas más pesadas que sus cuerpos, otras arrastran moles superiores. Las veo moverse en procesión. Abstraídas en su rumbo con el fardo que les tocó cargar, no sé si piensan, si están tristes o alegres. No sé si rebosan con el recuerdo del sexo que las multiplica.
Con los dedos lagos, me inclino, y sin pensarlo mucho, rompo la línea de su trayectoria. No soy dios, pero me invade un poder superior a ellas y decido hacer círculos con los dedos en el suelo. Las desvío, las torturo, cambio su paz y su trabajo hacia un correr como locas ante el desastre natural que les ha llegado desde el cielo de mi mano. Algunas se salvan, otras quedan mortalmente atrapadas por la presión de mis dedos.
Ante el desastre y la emergencia, trastocan su marcha, corren despavoridas. Las más fuertes logran escapar y forman nuevamente la ruta hacia no sé dónde; supongo que a su tierra prometida. Las muertas y heridas quedan atrás. Me levanto, y con el zapato, aplasto despiadadamente treinta y nueve centímetros de la nueva caravana. No es que desee matarlas, pero están en mi paso hacia la cocina. Tengo hambre, será necesario sacar algo de comer del refrigerador.
Al llegar ante la puerta de mi nevera, me detengo a pensar y me pregunto: ¿Cómo me sentiría si de momento una descarga eléctrica me saca de mi ruta en la vida y termino hecha un carbón por la fuerza inexorable del destino fugaz que me rodea?
Carmen Amaralis Vega Olivencia
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Iris, cierto, todos tienen derecho a existir, hay que respetar la vida, gracias por tu lectura, amiga, bendiciones, Amaralis,
Hay seres vivientes que nos gustan,
como hay otros de "pequeña estatura"
que cambian nuestro humor ,
porque se cruzan en nuestro camino,
y lo hacen con ejemplar disciplina y prevención,
mejor que los humanos,
pero también quieren sobrevivir como nosotros
"grandes y gigantes" ante sus insignificantes ojos...
Es ley de la vida.
Jesús, amigo, tienes razón, el instinto nos provoca exterminarlas, pero no a todas, ellas tienen un puesto importante en el total del ambiente ecológico, Amaralis
Pues Carmen yo acabo de hacerlo, con la inminente llegada del invierno esas procesiones en busca de alimento y cobijo deambulan cerca de mi ventana, no puedo aplastarlas como vos pro con un quimico de alto poder he puesto finm definitivamente a esa caravana, se que todo objeto de la creación tienen su función pero mis primitivos instintos me hacen exterminarlas. Gracias muy buena narración.
Madusa, muchas gracias por tu presencia en mis letras, bendiciones de luz y paz, Amaralis
Bethzaida, querida amiga, cierto, son simpáticas las hormigas pero no en la cocina, bendiciones amiga, Amaralis
Iris del Valle, gracias por tu lectura, bendiciones, amiga, bendiciones de luz, Amaralis
Que buena reflexión mi querida Amaralis. Gracias por compartir. Bendiciones Madusa
Eres mala Amaralis, jajaja, pero debo reconocer que yo también he hecho lo mismo muchas veces, me quedo viendo esa caravana de hormigas y una tentación imposible de resistir, me lleva a atravesar mis dedos en medio de ellas, y hago un desastre en su perfecta marcha..., pero en menos de nada ahí están de nuevo en perfecta fila india. Ellas son ejemplo de fortaleza y orden. Pero que no entren en mi cocina porque ahí si no las soporto, jajaja.
Carmen!!!
Fuiste maluca con las pobres hormigas!!
Ellas si llevaban su rumbo definido; tu se lo dañaste cuando actuaste como lo hemos hecho casi todos en algún momento de nuestra existencia.
De niña recuerdo haberlo hecho, ya de adulta no creo, si las he exterminado con un insecticida jejeje
Buen relato.
Saludos
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